Tano Bonnín, uno de los jugadores que más años lleva con Emart&Soccer

Tano Bonnín: «Me encuentro bien físicamente y creo que me quedan muchos años de fútbol»

No hace falta más que tener una pequeña conversación con Tano Bonnín (Palma de Mallorca, 30 de junio de 1990) para saber que se está ante una persona leal y trabajadora. Muy trabajadora. Porque al defensa nadie le ha regalado nada en el mundo del fútbol, más bien al contrario, y el defender lo suyo y a los suyos le ha costado algún disgusto. La mala suerte también se ha cruzado por su camino en alguna ocasión, como en la grave lesión que sufrió con Osasuna, pero ello le ha hecho más fuerte y tiene claro lo que quiere: seguir disfrutando del fútbol «hasta que el cuerpo aguante». Agente libre tras resolver su contrato con un Fidelis Andria con el que ha disputado el play-off de ascenso a Serie C, Tano Bonnín está preparado para nuevos retos.

Habéis acabado la campaña en el Fidelis Andria y no se ha podido lograr el ascenso a Serie C. ¿Qué valoración haces del curso?
Futbolísticamente le pondría un siete, no pudíamos acabar primeros y lograr el ascenso directo. Hasta diciembre estábamos muy contentos, la plantilla era sólida en defensa y en ataque y éramos una familia tanto dentro como fuera del campo, y eso se notaba en los partidos. Pero entonces hubo problemas en el club, empezó la debacle y quedamos cuartos.

Has resuelto tu contrato. ¿Qué tienes pensado de cara al futuro?
Quiero salir de Italia, pero estoy abierto a cualquier oferta. Toda propuesta que llegue será estudiada, aunque tengo claro que me gustaría volver a tocar fútbol profesional, ya sea en España o en el extranjero.

Con 34 años, ¿piensas en lo que viene después del fútbol?
Alguna idea tengo, pero tampoco he profundizado en ello; me encuentro bien físicamente y creo que me quedan muchos años sobre el verde. De todos modos, sí que me gustaría seguir ligado al fútbol, en la empresa si papá (en referencia cariñosa al CEO de Emmart&Soccer, Eduardo Llanos) quiere (risas). Si no puede ser, dirigiré mi camino a entrenar.

«Quiero salir de Italia, pero estoy abierto a cualquier oferta. Tengo claro que me gustaría volver a tocar fútbol profesional»

Su idea de cara a la próxima temporada

Tu relación con Emmart&Soccer viene de lejos.
Conocí a Eduardo Llanos cuando tenía 15 años y solo una rabieta nos separó cuando yo estaba en Primera división. Emart&Soccer es una empresa familiar y Eduardo siempre ha estado a mi lado, pero en ese momento me dejé influenciar demasiado por quien no debía. Cuando volví, él estaba como diciendo ‘llevaba mucho tiempo esperándote’. Sé que voy a estar el resto de mi carrera con él y, si quiere, me encantaría trabajar con él una vez cuelgue las botas.

Osasuna, un club con el que te identificas mucho. ¿Qué tiene de diferente?
Desde el primer momento me recibió con los brazos abiertos. Tuve la suerte de tener como entrenador a Enrique Martín, que me inculcó el ADN del club, el cual casa mucho conmigo. Desde entonces, Osasuna, Osasuna y Osasuna. Es más, a mi hija mayor le gusta el fútbol e intento hacerle llegar este sentimiento.

Ahí tuviste una grave lesión, rotura de tibia y peroné, que cambió la dirección de tu carrera.
Fue una lesión que parecía más de lo que fue, además de que es llamativa y se vio en todo el mundo. Me rompí un hueso, y eso es muy diferente a una rodilla; el ligamento está activo siempre, es más peligroso. Pero eso los clubes no lo tienen en cuenta y tienen miedo de que no te hayas recuperado bien.

Apareció el Lleida Esportiu. Ahí te reenganchaste al fútbol.
Mi intención era volver a sentirme futbolista, tener minutos y coger sensaciones. Hice un buen año y a raíz de eso llegó la UD Almería, que era regresar a fútbol profesional. Pero ese verano el jeque compró el club y quiso tirar de talonario, con lo que tuve que buscarme la vida. Fue muy duro, como si a un niño le quitaran un caramelo.

«La relación que tengo con Eduardo Llanos es como la de padre-hijo; dejar de trabajar con él es uno de los mayores errores de mi carrera, me gustaría poder entrar en la empresa cuando cuelgue las botas»

El futuro una vez se retire

Encontraste la solución en el Rapid Bucarest, en la Segunda división rumana.
Fue en época de COVID-19. La gente tenía que estar en casa y nos venía a recibir, estaba en la calle. Cada afición es diferente, pero la del Rapid era muy fogosa, aunque también chocaba con las de los rivales.

¿Y ahora en Italia, en una categoría más baja como la Serie D?
Lo de la afición en Italia es una locura. En casa el campo se llenaba, con bengalas, pancartas y cánticos, y en los partidos como visitante nos acompañaban unos 500 o 600 hinchas. La gente vive para el fútbol, y si eres un histórico como el Fidelis Andria que ha tocado Serie B y C, más.

¿Cómo es esa categoría a nivel futbolístico?
Hay un poco menos de nivel que en la Segunda RFEF española, aunque el fútbol es duro y los árbitros son muy permisivos.

Pasas por los filiales de Valencia y Villarreal.
Tengo grandes recuerdos de Villarreal, tratan muy bien al jugador, lo forman y lo exprimen. Tuve muy buenos entrenadores de los que aprendí mucho, es un lugar donde los sueños se cumplen.

Desde entonces, el fútbol ha cambiado mucho. ¿Cómo lo vives?
Ahora los jugadores son atletas y no puedes caminar por la calle sin que te reconozcan, algo que antes sí que sucedía.

«En Osasuna me rompí un hueso, que no es lo mismo que una rodilla; con el tema ligamentos es más fácil recaer y eso los clubes no lo tienen en cuenta»

Sobre la lesión que marcó el desarrollo de su carrera

¿Te arrepientes de alguna decisión a lo largo de tu carrera?
Sí, de dejar a Eduardo Llanos y por consiguiente a Emart&Soccer. Creo que es uno de los grandes errorres de mi carrera, pero cuando volví me recibió de nuevo con los brazos abiertos. Tenemos una relación como si fuéramos padre e hijo, mi sentimiento hacia él es así.

Tienes raíces dominicanas y has sido internacional y capitán con la selección. ¿Qué pasó para que dejaras de ir?
El fútbol no estaba muy desarrollado en el país y la presidencia que había en ese momento no estaba actuando demasiado bien. Yo era el capitán y defendía mis derechos y los de mis compañeros, con lo que me tildaron de alborotador y ya no volví. Me gustaría regresar algún día, por supuesto.

República Dominicana se ha clasificado por primera vez en su historia para la Copa Oro y ve la posibilidad de meterse en un Mundial ahora que se ha ampliado a 48 selecciones. ¿Cómo ves el crecimiento de la selección?
Es la revelación de centroamerica. Con jugadores como Junior Firpo, Peter Federico y Mariano Díaz ha dado un paso al frente, se está trabajando bien buscando a jugadores que puedan defender a la selección y convenciéndolos. Ojalá haga un buen papel en la Copa Oro y se pueda meter en el Mundial, no hay nada que me gustaría más. Dicen que los sueños se cumplen…