Está siendo una temporada exigente a la vez que bonita para Jeremy Arévalo, que con el Racing de Santander está en plena pelea por el ascenso a Primera División y con el combinado sub-20 de Ecuador estuvo presente en el Sudamericano de la categoría. Aunque a nivel colectivo no tuvieron los resultados esperados en el torneo, su participación en el aspecto colectivo dejó al futbolista un buen sabor. Ahora, de vuelta a España, se centra en la competición liguera y en “ganar todos los partidos posibles”. Hablamos con Jeremy para saber más sobre cómo ha vivido y está viviendo todo.
La temporada del Racing de Santander está siendo muy buena…
Sí, a pesar de los dos últimos resultados. Y que siga así y podamos mantenernos en la parte alta. Nuestro objetivo es ir a ganar cada partido, conseguir el mayor número de victorias posibles.
¿Cómo ve al equipo en este tramo final?
La verdad que muy bien. Tuvimos esa racha negativa que tienen todos los equipos en Segunda División. Por mucho que lo intentáramos las cosas no nos salían y por suerte ya la hemos dejado atrás. Hemos cogido fuerzas y estamos viendo un gran bloque.
A nivel personal, ¿cómo afrontas lo que resta de temporada?
Me veo muy bien. El Sudamericano me ha venido bien para coger más minutos y me ha dado confianza. He vuelto con más fuerzas para darlo todo en el tramo decisivo del campeonato.
Fuiste llamado por España y ahora por Ecuador. ¿Cómo surgió la llamada de la tricolor?
Yo llevaba tiempo queriendo ir con Ecuador y David Vila (coordinador de Emart&Soccer y la persona de confianza de Jeremy) lo peleó. Estuvimos hablando con el seleccionador, con los técnicos de Ecuador y ellos también me conocían y estaban muy interesados en que pudiera unirme a ellos. Tras las primeras conversaciones mantuvimos el contacto y estuvieron muy encima de mí.
¿Qué tal la experiencia del Sudamericano?
Una sensación agridulce. A nivel colectivo no conseguimos el objetivo, que era el de pasar de grupo, pero en lo personal me ha venido muy bien. Además es una competición de gran nivel y a todos los futbolistas les gusta jugarlas. No se cumplió lo que queríamos, pero en lo individual me ha ido bien.
¿Había más ilusión que presión?
Ambas, las dos cosas en la misma medida. Al final es un torneo internacional y en Ecuador se nos exigía dar un buen nivel. Se esperaban grandes cosas de la selección, pero no se pudieron cumplir las expectativas.
Se midieron a Argentina y Brasil, ¿se nota la diferencia también en esta categoría?
Desde mi punto de vista, no vi tanta. Quizá más con Argentina y eso que en el partido que disputamos contra ellos (0-0), no había nada en juego. A pesar de que perdimos con Brasil (3-2), pero no se apreciaba tanta diferencia.
¿Algún jugador que para el futuro puede marcar una época?
Echeverri, de Argentina. Está en el Manchester City por algo. También me gustó su compañero Mastantuono.
¿Qué nota se pondría Jeremy de su actuación?
Como dije, a nivel colectivo no se cumplió el objetivo, pero yo me vi bien. Me pondría un 7 o 7.5, porque además jugué en una posición menos habitual, más alejado del área. Me sirvió para aprender también. Estoy contento con mi participación e intenté aportar lo máximo.
Echando la vista atrás, por ejemplo a hace un año, ¿se esperaba todo esto?
Si te soy sincero, no suelo pensar mucho en lo que pueda ocurrir dentro de equis tiempo, soy de trabajar el presente y lo que vaya viniendo, perfecto. En cuanto al Sudamericano, sabía que estaba esa opción, pero no me paraba a pensar cómo podía ser. Tenía claro que para poder estar, había que centrarse en el día a día. Siempre he sido así.
Ahora hablemos del pasado. ¿Cómo era Jeremy cuando empezó a jugar? ¿A qué edad empezó?
Yo creo que a los cinco años más o menos, en el club La Marisma. Mi hermano también estaba en ese club, empezó antes ya que es cinco años mayor. Recuerdo que un día me entró una rabieta porque se iba de casa a entrenar y yo no quería que se marchase en ese momento. Así que le dije a mi padre que yo también quería jugar al fútbol.
¿Destacaba Jeremy en ese equipo?
Metía muchos goles, pero es que en esa época era muy chupón, no puedo negarlo. Era un equipo normalito, pero ganábamos casi siempre a equipos mejores. Si quedábamos 8-0, a lo mejor metía yo siete o todos los goles. Pero es que chupaba mucho.
Luego fui cambiando. Luis Bedia me enseñó a jugar en equipo, a entender el juego e incluso comencé a jugar de extremo. En alevines de segundo año me llama el Racing de Santander, aunque ya estaba entrenando con ellos antes y jugaba algún torneo. Y seguí destacando en la cantera como delantero hasta el Rayo Cantabria. En el primer equipo, el entrenador me ve también como un 10.
¿Cuándo se dio cuenta Jeremy de que podía ser profesional?
Cuando iba siendo más consciente y comenzaba a entender el fútbol. En el momento que di ese paso pensé que podía, porque tenía cualidades para ello. Es más, sé que tengo que mejorar cosas porque soy joven, pero sé que puedo llegar lejos.
¿Una persona clave en la carrera de Jeremy?
Te diría que Luis Bedia, Pablo y Maxi, entrenadores de la cantera del Racing de Santander. Me ayudaron mucho. Y luego mi padre, que se ha partido la espalda para que yo pueda jugar. Sé que tanto mi padre como mi madre están muy orgullosos de lo que estoy consiguiendo, aunque no sean de mostrarlo mucho. Han hecho mucho por mí y gracias a todos ellos hoy estoy aquí.
¿Cómo es jugar en El Sardinero para un chico que viene de la cantera?
Espectacular, no hay otra palabra. Hace poco estaba de recoge pelotas y ahora formo parte del primer equipo. Cada domingo en casa, con la gente que no para de animar, es para vivirlo. Muy emocionante.
¿Un objetivo para lo que resta de temporada?
Pensar partido a partido y ganar el máximo de partidos posibles, como dice nuestro entrenador.
¿Un sueño que te gustaría cumplir?
Ascender a Primera con el Racing y meter mi primer gol en El Sardinero… ¡si es el del ascenso ya sería el año de mi vida!